Un acto de violencia ha estremecido a México con el hallazgo de dos encuestadores muertos y otro desaparecido, tras ser secuestrados por un grupo de hombres armados en el municipio de Juárez, en Chiapas. Los encuestadores, que trabajaban en un proyecto político para el partido Morena, vivieron momentos de terror el pasado sábado cuando fueron sacados a la fuerza de su hotel.
De los cinco encuestadores secuestrados, dos mujeres fueron liberadas posteriormente, pero Christian Landa Sánchez y José Luis Jiménez fueron encontrados sin vida en la carretera que conecta al municipio de Huimanguillo, en el estado de Tabasco. Sus cuerpos mostraban signos de tortura, y junto a ellos se halló una pancarta naranja con un mensaje firmado por ‘el Apa CJNG’, lo que sugiere la participación del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en el secuestro y asesinato.
El presidente nacional del partido Morena, Mario Delgado, confirmó que el grupo de encuestadores, coordinado por Adrián Cid Pérez, quien aún permanece desaparecido, trabajaba para su partido. Delgado lamentó profundamente lo sucedido y exigió la liberación de Adrián Cid Pérez.

Según Eduardo Caballero, uno de los encuestadores, las víctimas eran originarias de la ciudad de Xalapa, en el estado de Veracruz, y tres de ellos habían sido contratados por la empresa Mitofsky.
Estos trágicos acontecimientos se producen en un momento en el que la región enfrenta una creciente violencia debido a las disputas territoriales entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa, lo que añade una capa adicional de preocupación y tensión en medio de este crimen atroz.
El secuestro y asesinato de los encuestadores es un recordatorio sombrío de los desafíos de seguridad que persisten en algunas partes de México y subraya la necesidad urgente de abordar la violencia y la inseguridad en el país. La búsqueda de justicia y la protección de los derechos humanos siguen siendo imperativos en la lucha por un México más seguro y pacífico.