Escrito por: Francisco Segovia
New York, 16 de Setiembre, Tribuna Abierta.
Respirar hondo, ponerse en la posición más cómoda que sea posible en la cama, bloquear la mente de cualquier pensamiento que preocupe y dejarse ir, relajarse al total y absoluto del cuerpo a través de respiraciones profundas y tiene que estar la persona en una oscuridad total para que los nervios cerebrales no encuentren alguna pequeña lucecita y se confundan pensando que ya es de día. Al cabo de unos minutos ya llega el sueño.